Efectividad de las intervenciones preventivas para reducir las caídas entre los adultos mayores en centros de atención a largo plazo

Resumen

El envejecimiento poblacional y el aumento de las enfermedades crónicas plantean preocupación por las políticas de salud, especialmente en relación con la dependencia de las personas mayores. La OMS recomienda mantener la actividad física para preservar la independencia y reducir la fragilidad. Los programas de prevención de caídas son esenciales, ya que las caídas son una causa importante de morbilidad y mortalidad entre los ancianos, afectando también su autoconfianza y calidad de vida. Dichos programas tienen como objetivo mejorar la fuerza y el equilibrio de los adultos mayores, y están ampliamente respaldados por la evidencia y recomendados para su implementación en la atención primaria. El estudio busca evaluar la efectividad de las intervenciones, como los ejercicios de equilibrio y las adaptaciones ambientales, para reducir las caídas y mejorar la seguridad y la calidad de vida en las instituciones de atención a largo plazo. Se trata de una revisión bibliográfica, con un enfoque cualitativo y metodológico descriptivo y exploratorio. La revisión siguió seis etapas, desde la formulación de la pregunta orientadora hasta la presentación de los resultados. La recolección de datos, realizada en septiembre de 2024, incluyó artículos originales en portugués, inglés y español, publicados en los últimos quince años, utilizando bases de datos como PubMed y Scielo. Se excluyeron los editoriales, tesis y estudios que fueran desactualizados o irrelevantes para la investigación. Las caídas en los ancianos son el resultado de una combinación compleja de factores biológicos, conductuales, sociales y ambientales. Las intervenciones efectivas a menudo involucran enfoques multifactoriales, combinando ejercicios de equilibrio y adaptaciones ambientales. El entrenamiento de fuerza, especialmente para las extremidades inferiores, y la evaluación continua de los riesgos individuales son esenciales para la prevención. Aunque la combinación de estrategias es prometedora, la heterogeneidad entre los factores de riesgo y las intervenciones limita la generalización de los resultados. Las investigaciones futuras deben centrarse en estudios longitudinales, la estandarización de prácticas y el uso de tecnologías emergentes para optimizar la prevención de caídas. La formación continua de los profesionales y la adaptación de las intervenciones a las necesidades específicas de las personas mayores son cruciales para mejorar la calidad de vida y reducir las caídas.