ARTIGO CIENTÍFICO
Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura familiar: Promoción de la Agricultura Familiar o Agronegocio en Brasil?
National
Program for Strengthening Family Farming: Promotion of Family Farming or Agribusiness in
Brazil?
Programa Nacional de Frtalecimento da Agricultura
Familiar : Promoção da Agricultura Familiar ou do Agronegócio no Brasil?
Iran Carlos Lovis Trentin
PhD em Agroecologia, Universidade Estadual do Rio Grande do Sul, Soledade, Rio Grande do Sul. Fone +55(55)996216192, iran-trentin@uergs.edu.br
Recebido: 11/04/2018; Aprovado: 18/09/2019
Resumen:
El
propósito de este artículo es discutir, como el PRONAF (Programa Nacional de
Fortalecimiento de la Agricultura familiar) mientras que es una política púbica
de "Fortalecimiento de la Agricultura Familiar" ha contribuido para
el aumento de la producción de mercancías (commodities para exportación) en
zonas predominantes de agricultores familiares. Para tanto, fue realizado una
investigación en áreas de agricultura familiar no norte do Rio Grande do Sul
nos anos de 2017-18. Donde, analizaran algunas consideraciones sobre la
estructura agraria, así como los datos de aumento de la productividad y el área
utilizada en la producción de los principales cultivos de exportación en los
años 2000-2017. E también algunas consideraciones de los entornos rurales cómo
este modelo de agricultura ha degradado los ambientes, especialmente con el
aumento de las tasas de aplicación de pesticidas a cada año en Río Grande del
Sur y Brasil. Como resultados se observó que este modelo basado en la
financiación pública significativa ha mantenido la pobreza rural, el
endeudamiento y la dependencia de algunas regiones con fuerte producción
primaria a expensas de otras regiones más industrializadas. Por último,
presentamos una discusión sobre la necesidad de revisar el papel de las
políticas públicas que promuevan la seguridad alimentaria, la recuperación y
protección del medio ambiente mediante la promoción de la agroecología en zonas
con presencia de los agricultores pobres de Brasil.
Palabras
Claves:
Agroecología; Agrotóxicos; Inseguridad Alimentaria; Pobreza Rural; Políticas Públicas.
Abstract: The objective of
this article is to discuss, as the PRONAF (National Program for Strengthening
Family Farming) while it is a public policy of "Strengthening Family
Farming" has contributed to the increase in the production of merchandise
(commodities for export) in predominant areas of family farmers. Therefore, an
investigation was carried out in areas of family agriculture not north of Rio
Grande do Sul in 2017-18. Where, they will analyze some considerations on the
agrarian structure, as well as the data of increase of the productivity and the
area used in the production of the main export crops in the years 2000-2017.
And also some considerations of the rural surroundings how this model of
agriculture has degraded the environments, especially with the increase of the
rates of application of pesticides to each year in Rio Grande do Sul and
Brazil. As a result, it was observed that this model based on significant
public financing has maintained rural poverty, indebtedness and dependence on
some regions with strong primary production at the expense of other more
industrialized regions. Finally, we present a discussion on the need to review
the role of public policies that promote food security, recovery and
environmental protection by promoting agroecology in areas with the presence of
poor farmers in Brazil.
Keywords: Agroecology; Food Insecurity; Pesticides; Rural Poverty; Public Policy.
Resumo: O objetivo deste artigo é discutir, como o PRONAF
(Programa Nacional de Fortalecimento da Agricultura Familiar), enquanto
política pública de "Fortalecimento da Agricultura Familiar", contribuiu para o aumento da produção de mercadorias (produtos
agricolas para exportação) em áreas predominantes de agricultores familiares. Para
tanto, realizou-se uma pesquisa em áreas da agricultura familiar no norte
do Rio Grande do Sul em 2017-18. Onde foram analisadas algumas considerações
sobre a estrutura agrária, bem como os dados de aumento da produtividade e a
área utilizada na produção das principais culturas exportadordas nos anos
2000-2017. E também algumas considerações sobre o rural e como esse modelo de agricultura
baseado na produção intensiva degradou os ambientes, especialmente com o
aumento de aplicação de pesticidas a cada ano no Rio Grande do Sul e no Brasil.
Como resultado, observou-se que esse modelo baseado em financiamento público
significativo manteve a pobreza rural, o endividamento e a dependência de
algumas regiões com forte produção primária às custas
de outras regiões mais industrializadas. Finalmente, apresentamos uma discussão
sobre a necessidade de rever o papel das políticas públicas que promovam a
segurança alimentar, a recuperação e a proteção ambiental, incentivando a
agroecologia em áreas com a presença de agricultores pobres no Brasil.
Palavras-chave:
Agroecologia; Agrotóxicos; Insegurança Alimentar; Pobreza rural; Políticas públicas
INTRODUCCIÓN
El medio rural en América Latina ha sufrido alteraciones constantes en
el último siglo. Esas transformaciones continúan sucediendo con grandes
diferencias, dependiendo de los lugares o regiones, de los tiempos de cada
sociedad, de las políticas públicas, de los intereses de los gobernantes y de
los dueños del capital en los diversos países; muestra de ello es lo que
ocurrió con la revolución verde principalmente en Brasil, Argentina, Colombia,
Chile y México, y lo que ocurrió con la agroecología y la protección de las
actividades ancestrales, en especial, en los Andes y en Cuba (NICHOLLS, 2013).
En Brasil, debido a que el gobierno está centralizado, las políticas públicas
llegan a las diferentes comunidades de formas diversas. Si consideramos la
estructura agraria, en algunas regiones con grandes extensiones de tierras, las
políticas que priorizaron la revolución verde avanzaron sin piedad,
principalmente, para el aumento de la producción de etanol y de commodities para la exportación, lo cual
tiene un costo socio-ambiental enorme (TRENTIN, 2015). En las regiones con
predominio de agricultores familiares los daños ambientales, económicos y
sociales son aún mayores, por el uso de creciente de agrotóxicos nos cultivos
para exportación.
Con la profundización de la crisis provocada por la revolución verde los
agricultores familiares comenzaron a reorganizar movimientos sociales
reivindicatorios y de contraposición al modelo de producción convencional
dominante (NICHOLLS, 2013).
A partir
de la década del 2000 se hizo énfasis en las discusiones en torno a la
generación de acciones más efectivas por parte del Estado para superar la
pobreza. Luego de ese momento fueron creados programas para hacer frente a la
pobreza a través de la intervención pública, con énfasis en las políticas de
seguridad alimentaria que quedaron consignadas en el programa “Hambre Cero”, el
cual tenía como objetivo principal “asegurar el derecho a la alimentación
adecuada de las personas con dificultades para el acceso a los alimentos” (BRASIL-PROGRAMA
FOME ZERO, 2001)
Aunque Rio Grande del Sur
es considerado como un Estado con buenas condiciones socioeconómicas, en las
zonas rurales permanecen en estas primeras décadas del siglo XXI, regiones con altas concentraciones de
pobreza (FEE/RS – Fundación de Economía e Estadística del Rio Grande del Sur,
2015). Muchos de estes
agricultores empobrecidos resultan presos a algunas políticas públicas
equivocadas para el campo brasileño.
En Rio
Grande del Sur, predominantemente los agricultores, según el IBGE, 2015 (Instituto Brasileiro de Geografía e
Estadística) en 2010 eran 370.000, o 84% del total, y muchos de ellos son de aproximadamente 20%
del total, debido principalmente a la adopción, a partir de 1970, el modelo de
producción empobrecida, degradantes, contaminantes y la revolución verde
dependiente. Esta situación ha generado muchas discusiones de los movimientos
sociales y algunos investigadores, y se dio cuenta de la necesidad de estudiar
la implementación de nuevos estilos de desarrollo rural y la agricultura
sostenible, en particular, los agricultores pobres que necesitaban primero para
lograr la seguridad alimentaria en las zonas pequeñas y también recuperar
entornos.
El tema de
los estudios sobre el desarrollo de nuevas formas (la democracia, la justicia
social, sostenibilidad) y nuevas perspectivas combinadas con los problemas
conocidos, como el crecimiento económico y el aumento de énfasis distribución
de la riqueza en Brasil desde 1990 (SCHNEIDER et al., 2011).
Según
Schneider (2011), esta discusión se divide en tres segmentos, y el campo de
análisis académico, prácticas sociales y las iniciativas y la política
normativa, en donde se destaca la reducción de las desigualdades y la expansión
de la democracia con el desarrollo y el reconocimiento de que las políticas
neoliberales implementadas en muchos países de América Latina, no promovieron
el aumento del bienestar de toda la población.
Este sistema, equivocado de
concentración del ingreso no produjo la superación del hambre y la pobreza, que
se considera una falta de desarrollo de Brasil, por ejemplo. Incluso, sin
embargo, dice Schneider (2011), la reanudación de cuestionamiento sobre el tema
no fue capaz de llevar a cabo un nuevo campo teórico y analítico necesario para
el estudio del desarrollo. Existentes analíticos corrientes diferentes los
siguen, incapaz de responder a lo que se puede hacer para mejorar la calidad de
vida, sobre todo en las ciencias sociales.
En las últimas décadas del
siglo XX, algunos autores como Jameson, 1997 defendieran la tesis de que el campo desaparecería
y que el urbano sustituiría todas las actividades. Pero eso
no se corresponde con la realidad brasileña, una vez que la producción agrícola
de cada año y más importante para equilibrar la balanza comercial y promover el
desarrollo regional. Como Veiga
(2001, p 101) "el llamado grado de urbanización corresponde al porcentaje
de personas que viven en las sedes de los municipios y distritos,
independientemente de cualquier consideración de sus características
geográficas." Por lo tanto, "nada importa de densidad de población,
el principal indicador de la concentración de población propias a las ciudades,
lo que los distingue de los niveles de
rarefacción que caracterizan el campo".
(VEIGA, 2001, p 101).
En este sentido, más que la definición legal de lo que es urbano o rural
“es la búsqueda de una explicación económica de estas tendencias demográficas.
Después de todo, uno de los supuestos excepcionales que gozan de consenso entre
los economistas es que la distribución espacial de la población corresponde en
última instancia a la reorganización de las actividades económicas”, según
Veiga, 2001, p 102.
De acuerdo con Schneider et al. (2011), las estrategias de lucha contra
la pobreza en las zonas rurales son rediscutidas a partir del diálogo entre el enfoque de las
capacidades (SEN, 2000) y de la diversificación de los medios de vida,
abriendo espacio para la idea de que es
importante para estimular las capacidades y fortalecer los medios de que los
pobres tienen disponibles para sus actividades.
Para superar la pobreza en una región determinada es importante
identificar cuáles son sus principales estrategias de reproducción social, y la
propuesta de políticas públicas adecuadas para cada público y local. Como
estrategias de reproducción social, en este trabajo se entienden los
mecanismos, las alternativas y los recursos adoptados por familias para
sobrevivir en el tiempo. También se observa que en la mayoría de los casos las
instituciones que trabajan con el tema del desarrollo rural y la pobreza poco
conocen las estrategias de reproducción social de las familias rurales pobres (GEHLEN,
2004).
Los
estudios sobre el análisis de las políticas públicas en la agricultura
brasileña son frágiles e incipientes, pues
como se ha dicho Romano (2009, p 325), esta fragilidad "se da en
términos del volumen de investigaciones específicas, del desarrollo y de las
reflexiones metodologías, de la formulación de una agenda de investigación y de
la propia acumulación de conocimiento". Pero todavía son incipientes los
estudios referentes al tema de la reproducción social de las familias rurales
pobres.
En este
sentido, el objetivo de este artículo es analizar, a través de un estudio de
caso en el COREDE (Consejo Regional de Desarrollo) Rio da Várzea, microrregión
norte del Estado del Rio Grande del Sur, también conocida como Valle del Rio
Uruguay, cómo el PRONAF fue implementado y lo que ya se ha logrado con la
promoción de esa política pública y en el desarrollo de las familias rurales en
situación de vulnerabilidad.
Este artículo, tuve como objetivo discutir, como el
PRONAF (Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura familiar)
mientras que es una política púbica de "Fortalecimiento de la Agricultura
Familiar" ha contribuido para el aumento de la producción de mercancías
(commodities para exportación) en zonas predominantes de agricultores
familiares.
MATERIALES Y MÉTODOS
En
este trabajo, incluso teniendo información disponible en direcciones virtuales
o informes y publicaciones de agencias oficiales como el Ministerio de
Desarrollo Agrario, del Instituto de Investigación Económica Aplicada, de la
FEE/RS (Fundación de Economía e Estatística del Rio Grande del Sur) y del IBGE
(Instituto Brasileño de Geografía y Estatistica), además de los datos
disponibles en la prensa de Río Grande del Sur, se llevó a cabo una
investigación de campo, un estudio de caso, en el que se entrevistó a veinte
familias de agricultores, a diez técnicos y líderes comunitarios en el Vale del
Rio Uruguay, con el fin de profundizar en los
resultados de la política pública directamente con los beneficiarios del
Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar, el PRONAF.
Esta región se caracteriza por suelos
ondulados que han estado en uso constante durante aproximadamente cien años. Es
una región con agricultura diversificada y hasta 1980 con familias
numerosas. Desde esta zona de
minifundios, muchos jóvenes emigraron a otras fronteras agrícolas, como el Centro-Oeste de Brasil y para el Paraguay y
también a centros urbanos como trabajadores operarios. La región del valle del
río Uruguay tiene un clima agradable, con estaciones bien definidas y propicias
para el desarrollo de diversos cultivos, pero que en los últimos años se ha
especializado en la producción de exportación.
El valle del río Uruguay es una de
las regiones con la mayor concentración de pobreza rural en el estado. Los
censos de 2010 revelaron que el 20% de las familias rurales son pobres y muchas
de ellas incluso en extrema pobreza. Los índices de educación y salud también
son precarios en las zonas rurales.
Las
técnicas utilizadas para la recolección y el análisis de datos fueron:
documentos técnicos, la recolección de bibliografía o fuentes secundarias,
entrevistas semi-estructuradas y conversaciones informales, observación
participante, diarios de campo y finalmente, el análisis de los datos (SARANDÓN,
2002).
En
este estudio, la realidad empírica o la delimitación geográfica seleccionada
fue el COREDE (Consejo de Desarrollo Regional) Río de la Várzea, en el Valle
del Río Uruguay, al norte del estado del Río Grande del Sur. Lo anterior,
debido a que en este COREDE existe un gran número de agricultores familiares y
de éstos muchos se encuentran en situación de pobreza, que además, fueron
beneficiarios de la política pública PRONAF.
En
el análisis de esta política se percibieron diversos intereses, algunos
opuestos entre ellos, y otros que terminaron convergiendo en la promoción de la
agroecología. De esta manera, la unidad de análisis seleccionada para esta
investigación fueron veinte familias beneficiarias, diez agroecológica y diez
convencionales, y los técnicos y líderes responsables de la implementación.
Para
la delimitación y el sondeo del área donde se encuentran los actores sociales
fueron utilizadas en la investigación las referencias bibliográficas, la
información de los gestores de la política y la información recolectada en las
visitas a campo. Los actores que hacen parte del área en cuestión fueron las
veinte familias de agricultores pobres, los seis líderes municipales y
regionales y cuatro técnicos de ATER (Asistencia Tecnica e Extension Rural).
Para
analizar cómo el PRONAF ha estado promoviendo los cultivos tradicionales, a
expensas de la calidad de vida y del desarrollo en el RS, hemos dividido
nuestra investigación en tres objetivos específicos, a saber: ( i ) identificar
las principales actividades apoyadas por el PRONAF y cómo estas acciones
lleguen a sus potenciales beneficiarios del programa; (II) percibir los daños
social, ambiental y económico causado por la falta de comprensión de esta
política pública; (III) y analizar a partir de los datos de campo, posibles alternativas para el desarrollo rural
y la promoción de la agroecología como un modelo de producción sostenible,
especialmente en las zonas pobres de Rio Grande do Sul y Brasil.
Por lo tanto, analizamos todos los
datos recopilados y discutimos en el equipo de investigación, poco después de
buscar con los informantes calificados las percepciones sobre la información
planteada en el campo. Además, buscamos en las cooperativas, empresas de
asistencia técnica y bancos información sobre los cultivos y las granjas que
los agricultores han desarrollado con mayor fuerza en las últimas décadas y qué
productividad e ingresos por área están en la región.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
El Río
Grande del Sur y en especial su porción norte está poblado por agricultores
familiares que desarrollan varias actividades agropecuarias. En este territorio
los agricultores a partir del año 1970, pasaron de una agricultura de
policultivos para la subsistencia y la venta de excedentes, hacia un modelo de
producción en monocultivo, dependiente y degradante, implantado por la
“revolución verde”. Ese proceso además de la degradación ambiental provocó,
entre otras cosas el éxodo rural y principalmente el empobrecimiento de casi la
totalidad de los agricultores familiares. En este sentido, a partir de los años
1980 la sociedad comienza a organizarse en este territorio y surge el MST
(Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra) y otros grupos que empiezan a
reivindicar la tierra, el crédito, la vivienda, las políticas públicas para la
agricultura familiar y una agricultura sustentable, entre otras cosas. Esos
grupos pasan a ser llamados “Movimientos Sociales del Campo” (FERNANDES, 2015).
Es este
territorio los agricultores a partir de 1970, pasaron de una agricultura de
policultivos para la subsistencia y venta de excedentes, hacia un modelo de
producción de monocultivos dependiente y degradante, implantado por la
“revolución verde”. Ese proceso además de la degradación ambiental provocó,
entre otras cosas, el éxodo rural y principalmente el empobrecimiento de casi
la totalidad de los agricultores familiares. En este sentido, a partir de 1980,
la sociedad comienza a organizarse y en este territorio surge el MST
(Movimiento de los Trabajadores sin Tierra) y otros grupos pasaron a
reivindicar la importancia de la tierra, el crédito, la vivienda, las políticas
públicas para la agricultura familiar y la agricultura sustentable, entre otras
cosas. Esos grupos pasaron de ser llamados los “movimientos sociales del campo”
(FERNANDES, 2015).
A partir
de 1990, con mucha presión, los gobiernos nacional y estatal comenzaron a
organizar políticas públicas específicas para el medio rural. Esas políticas se
basaban en la recuperación de suelos, en
la creación de créditos con intereses bajos, en el reordenamiento agrario, en
la agro industrialización, pero también, siguieron priorizando e incentivando
la producción de commodities para la
exportación, con agroquímicos. Datos del banco Central de Brasil (2010) informa
que del 2009 al 2013, más del 80% de los recursos disponibles vía créditos para
los agricultores familiares fueron para cultivos de exportación como la soya,
el maíz, y la compra de máquinas y equipamientos.
Esos datos
revelan que la mayoría de los agricultores familiares continúan buscando
crédito para reproducir el paquete de la revolución verde, y continúan agotando
los recursos naturales de su tierra, además de eso, sus deudas aumentan cada
año.
Entre los
procesos sociales que están teniendo lugar en el Río Grande del Sur, en estas
últimas décadas, debe destacarse la fuerte actuación de las políticas públicas
en especial PRONAF. En los años de 1980 y más intensivamente en la década de
los 90, los movimientos comenzaron a discutir nuevas alternativas para la
“producción sustentable” en el tiempo y en el espacio. Con la ampliación de las
luchas por la tierra en el Brasil el MST se fortaleció y comenzaron a
organizarse congresos, simposios y reuniones con el apoyo, principalmente, de
la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) de la iglesia Católica.
Con ese
impulso dado por el Gobierno Gaucho, fueron creándose otras instituciones como
la Articulación Nacional de Agroecología
en 2004, y hubo congresos estatales y nacionales fomentando el “diálogo de
saberes” entre agricultores, técnicos e investigadores (TRENTIN, 2015).
Segundo el IBGE, en el Censo Nacional Agropecuario de 2006 se identificó 4.367.902 establecimientos de agricultores familiares, lo que representa el 84,4 % de las unidades rurales de Brasil. Estos agricultores familiares ocuparon una superficie de 80,25 millones de hectáreas, lo que corresponde al 24,3 % de la superficie total. Estos datos revelan una estructura agraria concentrada en el país: los locales no familiares o empresariales representan el 15,6 % del total de establecimientos pero ocupan el 75,7 % de la superficie. El tamaño medio de las explotaciones familiares de ese año fue 18,37 ha, y el empresarial de 309,18 ha.
En 2006, en Río Grande del Sur, había 441.447 establecimientos dedicados a la agricultura. De ellos, 378.546 fueron clasificados por la Ley Nº 11.326 (que establece los lineamientos para la formulación de la Política Nacional de la Agricultura Familiar, es decir PRONAF) como perteneciente a la agricultura familiar, con una superficie de más de seis millones de hectáreas. En estas unidades, en general, 120.427 tenían cultivos permanentes, 312.768 dedicadas a cultivos temporales, 236.807 habían pastizales en su área, 86.256 establecimientos destinaban una parte de sus tierras para la conservación de los bosques y 4.609 propiedades informaron que tiene una parte sus tierras degradadas, todo eso por inadecuado manejo de la tierra, la desertificación, la salinización, etc. (IBGE, 2015).
Como mencionado anteriormente, los datos de los censos agropecuarios de 2006 muestran que la agricultura familiar brasileña fue responsable por el 87% de la producción de yuca, el 70% de los fríjoles, 46% de maíz, 38% del café, 34% de arroz, 58% de los lácteos, 60% de carne de cerdo, 50% de las aves, 30% del ganado, 21% de trigo y 16% de soja, entre otros productos.
Estos datos demuestran la importancia de la agricultura familiar aún más en Río Grande del Sur, un estado con predominio de esta categoría social. En los últimos años se dio un mayor apoyo a la producción de algunos productos orientados a la exportación, al contrario de lo que ocurrió con los alimentos.
Teniendo en cuenta la situación de los agricultores en 2006, había 317.963 granjas donde el agricultor era el propietario; ocupantes sin titulación definitivas tenían 6.557 áreas; en 21.477 establecimientos donde los agricultores eran arrendatarios; 8.408 en el que el agricultor tenía condición de socio; 17.885 como ocupantes; y 6.256 como apenas residentes rurales sin la agricultura. (IBGE, 2015)
Según Beroldt
(2010) es a partir de la década de los 90, con el surgimiento del debate sobre
el desarrollo sustentable, que comenzaron a discutirse y a incorporarse en el
discurso y en la formulación de las
políticas públicas, las nociones de sustentabilidad para el área rural. Se
cita, por ejemplo, la creación del Programa Nacional de Fortalecimiento de la
Agricultura Familiar, organizado después de muchas luchas y presiones por parte
de los movimientos sociales rurales que vienen incorporando objetivos y líneas
más próximas a un desarrollo más “sustentable”.
El PRONAF
durante todos esos años y en especial en los últimos doce años, alteró en
teoría, sustancialmente sus líneas de actuación agregando nuevas líneas además
de las tradicionales “inversiones y costos” como la Línea de Crédito e
Inversión para la Agroecología (Pronaf Agroecología), y la Línea de Crédito para
la Inversión en Energías renovables y la Sustentabilidad Ambiental (Pronaf Eco)
y la Línea de Crédito de Inversión en Silvicultura y Sistemas Agroforestales
(Pronaf Floresta). Recientemente agregó el Pronaf Mujer, Pronaf Jóvenes, Más
Alimento, entre otras (BEROLDT, 2010).
En el
medio rural, muchas políticas demandadas por los movimientos sociales son
gestadas por los burócratas, que muchas veces comprenden de manera equivocada
lo que es el desarrollo. Dentro de las dificultades que existen está la forma
como estas políticas se direccionan
hacia públicos que no siempre están conscientes de la importancia de la
preservación y la recuperación de los ambientes, resultando catastróficas
porque pueden llegar a degradar aún más el medio ambiente. Un ejemplo de esto
en Brasil está en que casi la totalidad
de los recursos del PRONAF, reproducen el modelo de la Revolución Verde. Aún
más, favorecen el gran capital financiero y las
industrias de máquinas agrícolas que desarrollan equipamientos, que son
contaminantes, que segregan mano de obra y que son extremadamente caros. Éstos
han mantenido a muchos agricultores empobrecidos o con altos índices de
endeudamiento.
En general, se observó que las acciones del PRONAF en las regiones de agricultores familiares están orientadas principalmente a la promoción de los cultivos de maíz y soja, que reciben los mayores volúmenes de financiamiento y que necesitan cada año la adquisición de nueva maquinaria y equipo para la producción tecnificada. Y con eso casi nada de los créditos es utilizado para la elaboración o fabricación de productos de origen animal o vegetal en las regiones productoras, promoviendo solamente el modelo de la Revolución Verde.
Otra cultura expresiva muy presente en regiones con predominio de la agricultura familiar es el maíz. Se trata de un cultivo que su producción se utiliza en parte para la alimentación animal, pero ha ganado importancia en los últimos años como ganancias excedentes en las propiedades y como técnica para la rotación de cultivos.
El cultivo de maíz es otro punto a destacar en los créditos del PRONAF, y que tiene avanzando mucho en las áreas de la agricultura familiar, especialmente en el norte de Río Grande do Sul. El maíz se cultivaba originalmente para la alimentación de las familias y los animales; ahora se producen para el comercio o para la exportación.
Según la FAO-FIDA (2014), el continente americano representa alrededor del 52% de todo el maíz producido en el mundo - uno de los principales productos agropecuarios comercializados en los mercados internacionales en la última década. Entre los países, Brasil es el tercer mayor productor de maíz, con la producción de aproximadamente 6,5% del total mundial. Es superado por los Estados Unidos produce alrededor del 37%, con énfasis en la producción de etanol y China, que produce el 21% de la producción total mundial.
El Río Grande do Sul es actualmente el cuarto mayor productor de maíz en grano de Brasil, después de los estados de Paraná, Mato Grosso y Minas Gerais. Según la Encuesta Agrícola Municipal del IBGE, el RS en 2011 alcanzó una producción de 5.772.422 toneladas. Teniendo en cuenta la última década, el estado presentó un modesto aumento en la cantidad producida, de un producción de 4.657.193 toneladas en el período 2000-2002 a una producción de 5.197.732 para el período 2009-2011. Cabe señalar, sin embargo, que la superficie sembrada con este cultivo mostró fluctuaciones a lo largo del período de 2000 a 2011. En la última década, en general, la tendencia era la diminución de la superficie plantada, aunque no fuerte, contrastando con el aumento de la cantidad producida. Hubo un aumento de la productividad, especialmente cuando se utilizan grandes cantidades de fertilizantes, herbicidas y semillas genéticamente modificadas, entre otras técnicas.
Grandes áreas productivas en el mundo están destinadas a la producción de etanol, especialmente en los Estados Unidos, donde las multinacionales también controlan los precios de los principales productos agrícolas. Ya en el RS la reducción de la superficie sembrada con maíz es más significativa en las grandes propiedades, lo cual está directamente relacionado con los bajos precios internacionales del petróleo. A pesar de que el maíz en algunas partes del Estado, se puede cosechar dos veces en el mismo año, no es atractivo. Asimismo, es un producto que se utiliza cada año menos en la alimentación animal en las unidades familiares. Y, sin embargo, su cultivo está muy relacionado con la cadena de producción de la agroindustria de la leche, las aves y carne de cerdo, y que por miedo a la inflación y para aumentar las exportaciones los precios internos deben permanecer bajos.
Por lo tanto, los recursos del PRONAF, que deberían promover la agricultura familiar están financiando la exportación de commodities en las áreas que podrían estar produciendo alimentos. Y con eso promueve la aceleración del proceso de contaminación, degradación de los ecosistemas y la exclusión de las familias que cada día están más pobres y más endeudados.
En
la década de 1990, en Brasil los movimientos sociales rurales organizados
comenzaron a exigir políticas públicas específicas que promuevan la
recuperación ambiental y la calidad de
vida. La lucha por la reforma agraria se acentúa, y a partir de mucha presión se crea el PRONAF como una política
pública para el fomento de la agricultura familiar.
Este
programa poco a poco se fue dividido en varias líneas de acción e financiación,
como el Pronaf costeo, la inversión, el
crédito de la tierra, la silvicultura,
el eco, mujer, jóvenes, etc. En los últimos años se organizó Pronaf Más
Alimentos, destinado a la financiación de maquinaria y equipo agrícola para la
modernización de la flota de la agricultura familiar y promover los cultivos
de exportación.
Esta
línea de Pronaf hizo con que la gran mayoría de los recursos agrícolas puestos
a disposición por el sistema bancario nacional, con los subsidios a los
intereses se dirigen a la producción de commodities. Los grandes monocultivos
fueran se estableciendo en las áreas de la agricultura familiar. Estos
monocultivos todos basados en el uso intensivo de maquinaria, insumos externos,
pesticidas y semillas genéticamente modificadas y por lo tanto degradan más las
áreas con agricultura más tradicional. Estas políticas públicas equivocadas
como en este caso algunas acciones del PRONAF promoverán lo agronegócio generaran más dependencia, contaminación y
pobreza rural.
En
contrapunto a esto los movimientos sociales rurales están discutiendo y
apretando los gobiernos para nuevas políticas sean hechas y las correcciones
necesarias a los programas existentes se llevan a cabo brevemente.
Los
movimientos sociales rurales elegirán la agroecología como un modelo de
producción sostenible y la presión social hizo que el gobierno nacional crease, con la participación popular la PLONAPO (Plan Nacional de Agroecología y Agricultura Orgánica),
para que esta política de forma institucionalizada promueva la agroecología
para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria.
En
los países de América Latina también los movimientos sociales están presionando
por políticas y programas que promuevan
el desarrollo sostenible y el respeto de la composición étnica y los
ambientes como el buen vivir en los países andinos.
Lo
que es notable es que sólo con la organización de los movimientos sociales
rurales, la contribución de los investigadores y una gran presión popular es
que los diferentes gobiernos pueden proveer e implementar programas y políticas
para recuperar y preservar el medio ambiente como la agroecología y el buen
vivir.
EL
COREDE RÍO DE LA VÁRZEA
Como se señaló anteriormente los
agricultores pobres se concentran en algunas regiones de Río Grande do Sul que
llamamos COREDES (Consejos de Desarrollo Regional). Entre estos, el COREDE Río
de La Várzea que pertenece a la región Valle del Río Uruguay en el Norte del estado,
siendo una de las más pobres.
En el territorio del COREDE Río de la
Várzea, se encuentran 10 municipios con IDH (Índice de Desarrollo Humano de la
ONU) muy bajo, cuenta con una población total
de 130,752 habitantes (2012), una superficie de 4922.9 kilómetros
cuadrados, una densidad poblacional de 26,5 habitantes/km², una tasa de
analfabetismo de personas de 15 años o más de 8,40%, un coeficiente de
mortalidad infantil de 9,12 por cada mil nacidos vivos y un Producto Interno
Bruto per cápita (2010) de R$ 17.864 o alrededor de US$ 5,000.
Este COREDE fue una de las últimas
fronteras agrícolas del RS, que recibió a partir de la década de 1930 un gran
número de hijos de agricultores familiares que emigraron de la región de las
Sierras Centrales en busca de tierras agrícolas para producir. A través de los
años se ha producido un fuerte fraccionamiento de estas áreas y la proliferaron
los minifundios.
En el Valle del Río Uruguay predominan
agricultores familiares que se empobrecieron en las últimas décadas debido a la
adopción de modelos de producción altamente dependientes de insumos externos.
En la mayoría de los municipios predomina la población como agricultores
familiares (más del 50%) y de éstos un 30% están en la pobreza. Por lo tanto,
las políticas públicas que promuevan el desarrollo rural deben desempeñar un
papel importante en esta región. Además, estos agricultores tienen poca tierra
o trabajan esporádicamente para otros agricultores, necesitando de la
agroecología para la seguridad alimentaria y mejorar su calidad de vida. La
evaluación de las políticas públicas de participación social puede proporcionar
algunos resultados para percibir si las estadísticas de estos municipios pobres
están mejorando y generando ciudadanía.
Además de este proceso de rápida
urbanización y el descenso de la natalidad, el censo de 2010 indica un
predominio femenino en la composición por sexo, tanto de la población brasileña
como gaucha. Y eso es más evidente en las zonas rurales, por que las mujeres y
sobre todo las más jóvenes emigran más que los hombres, causando envejecimiento
y masculinización de la población rural (SCHNEIDER, 2000)
O
estado del Rio Grande del Sur presenta un marco de desarrollo socioeconómico
relativamente bueno, pero aún cuenta con enclaves de pobreza en las distintas
regiones. Esta pobreza se concentra en las grandes ciudades, especialmente en
el área metropolitana y no en las áreas rurales, donde se concentra en unos
pocos COREDEs gauchos.
En
Brasil, se estimaba que en 2009, había
casi 40 millones (21,42% de la población) de brasileños en la pobreza extrema.
Y en la división por regiones, el Nordeste tenía el mayor número de pobres,
que ascendía en este período, a más de
20 millones (39,61 % de la población regional), por otro lado el Sur
considerado desarrollado, habían menos
pobres, con poco más de 3,1 millones de personas (11,57%) (IBGE, 2015).
A partir de 1960, el Rio Grande do Sul ha experimentado profundos cambios en los modelos de producción agrícola. Con el paquete tecnológico conocido como la Revolución Verde, altamente dependiente de insumos externos, el rural gaucho fue cambiando. Las transformaciones fueron en todos los sentidos, pero se destaca principalmente el éxodo rural, causado principalmente por la mecanización de la producción, la mercantilización de las familias rurales, el abandono de la producción para la alimentación de la familia, la dependencia de insumos y precios multinacionales, y la contaminación por pesticidas y productos derivados del petróleo en las comunidades rurales.
El Río Grande
del Sur (y en especial su parte norte) está poblado por agricultores que
desarrollan la actividad agropecuaria y en los últimos años con una fuerte
presencia de las actividades de financiación del PRONAF, muchos desos para cultivos de exportación. En
este territorio, los agricultores en la década de 1970, pasaron de una
agricultura tradicional con policultivos de subsistencia y venta de excedentes,
para los monocultivos del modelo producción dependiente y degradante aplicada
por la "revolución verde" y por lo tanto cada día más pobres. En esta
región del Estado gaucho están los
municipios con más de la mitad de la población que vive en las zonas rurales y
en muchos casos más del 20% de estas personas con ingresos muy bajos per
cápita.
Otra conclusión fue que as acciones del PRONAF en el norte gaucho apuntan en general a la: recuperación de suelos; al crédito para el financiamiento con tasas de interés relativamente bajas; la reorganización agraria que infla el mercado de tierras; a la agro-industrialización que enfrenta problemas en la legalización y la falta de mano de obra; para la adquisición de maquinaria y equipos muy caros; y también siguen enfáticamente priorizando y fomentando la producción de materias primas para la exportación con agroquímicos externos. De este modo, los agricultores siguen buscando crédito para reproducir el paquete de la Revolución Verde, y la mayoría de los agricultores todavía agotan los recursos naturales de su tierra y, por otra parte, sus deudas aumentando a cada año.
La asistencia técnica desarrollada por las empresas privadas y el crédito del Pronaf "facilitado" por los bancos se dirigen a la producción de productos para la exportación y dependiente de insumos caros de las multinacionales. Los agricultores están a merced de estos técnicos y sin el apoyo y los incentivos a través de una política pública específica para fomentar la seguridad alimentaria con una asistencia técnica buena, no los deja desarrollar actividades sostenibles en el tiempo y el espacio.
En los municipios analizados con predominio de agricultura familiar, persisten los problemas de masculinización (mujeres jóvenes emigran más a los centros urbanos), y el envejecimiento, es decir, los jóvenes en general emigran más, ya sea para estudiar o trabajar. Cuando van a estudiar a las escuelas, casi en su totalidad se reproduce una visión equivocada de que la ciudad es moderna y lo urbano es mejor para vivir.
Además, todavía hay problemas de estructura agraria, donde muchas familias, especialmente los más pobres de las zonas rurales, no tienen su propia tierra y cuando la tienen, la superficie es demasiada pequeña. Las políticas públicas de adquisición de tierras como el banco de la tierra, por parte de la familia resultaron equivocadas, porque generaron grandes deudas para las familias e infraccionarán el mercado de tierras en las comunidades rurales.
Así, este modelo de producción con el apoyo de PRONAF provoco fuertes desequilibrios regionales, ya que se concentraran los ingresos en algunas familias/empresas y regiones y degradan la mayoría de las otras regiones agrícolas con otras habilidades agropecuarias que son utilizadas para la producción de commodities. En Brasil y en Rio Grande del Sur se perciben islas de prosperidad del agronegocio, pero dentro de estas islas se encuentran sitios degradados que son unidades muy empobrecidas. Por lo tanto, incluso en una región donde las tasas de ingresos promedio parecen altas, los “gauchos” y brasileños en promedio son muy pobres, ya que estos ingresos se concentran en pocas empresas y/o familias.
Estos datos nos he permitido realizar varias observaciones con respecto a la financiación del PRONAF. Del total, se destinó en la región el 1,12% para el cultivo de fríjol, uno de los principales productos de nuestra dieta alimentaria, y casi el 35% para el maíz y del 40% para la soya, ambos productos destinados, en particular este último, a la exportación. Así, se hace evidente que los agricultores familiares priorizan cada año los cultivos de exportación en perjuicio de los alimentos, y con el apoyo de políticas públicas.
Otros datos del Banco Central (2010) muestran que la financiación de la producción agrícola por PRONAF en RS, en 2009 fuera para la compra de: animales de servicio 0.27%, para formación de cultivos perennes 2,55%, maquinaria y equipos de 79.05%, entre otros. En otras palabras, estamos mecanizando más, esto por supuesto con las fuertes inversiones del Programa Más Alimentos, lo que favorece que, entre otras cosas, la ampliación de los beneficios de los propietarios de las industrias de máquinas y equipos y el endeudamiento de los agricultores familiares.
CONCLUSIONES
Regiones del Río Grande do Sul, con mejores suelos y una mayor integración en la cadena de producción, logra un mayor crecimiento económico, al contrario de otras ocupadas por agricultores con pequeñas parcelas de tierra con pendiente y suelos menos fértiles de difícil tecnificación de la producción, que se fueron empobreciendo a cada año.
Así, el PRONAF (Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura familiar) en la mayoría dos casos e en estos últimos anos ten financiado con recursos públicos el agronegocio en el sur de Brasil y renovado los objetivos de la revolución verde de producir más sien respecto a las personas y ni a los ecosistemas.
El PRONAF mientras que es una política púbica de "Fortalecimiento
de la Agricultura Familiar" ha contribuido para el aumento de la
producción de mercancías (commodities para exportación) en zonas predominantes
de agricultores familiares.
AGRADECIMIENTOS
Los
autores agradecen el apoyo financiero de SOCLA (Sociedad Científica
Latinoamericana de Agroecología) para asistir a los cursos de doctorado en
Agroecología, SOCLA-UdeA, y el espacio proporcionado por Grupo de Investigación
Medio Ambiente y Sociedad de la Universidad de Antioquia.
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